Este finde de puente cargamos el coche con tablas, trajes de neopreno y demás utensilios de acampada dispuestos a viajar al norte en busca de olas. Parrot y yo pasamos por Zaragoza a recoger a Raquel, que se apuntó a la aventura, y el sábado al mediodía ya llegabamos a Sopelana.
Los picos de la playa de Arrietarra estaban bastante llenos, aunque las olas no eran nada especial. Esto suele pasar, como menos olas más gente... ¿no debería ser al revés? Parece que la gente se echa para atrás muy rápido cuando las olas pasan el metro de altura.
Los dos últimos días no acabamos de disfrutar las olas, ya que no eran muy grandes y soplaba gallego (el peor viento) que lo jodia todo aun más.
1 comentario:
q envidia caxo cabrones, aunque te has pasado resumiendo heee, ale xaval a la próxima intentaremos ir, aunque creo q si es por las fiestas de Vendrell tampoco :(
Os odio... (q mala es la envidia)
Publicar un comentario