jueves, 3 de mayo de 2007

Los contenedores de reciclaje

Os voy a hablar de uno de los seres más incomprendidos de este mundo: los “contenedores de reciclaje”. Se hace raro verlos ahí pintados enteros del mismo color, ¿no podrían ir combinando? Es como si tu sales a la calle todo de amarillo… un domingo puede ser para ir al partido del Villareal, ¡¿pero cada día?!
Cada uno va de un color diferente: azul, verde, amarillo. Esto es para poder distinguirlos, ya sabemos que el azul es de papel, amarillo para plásticos y envases, y el verde el de cristales. ¿Sabéis porque los de cristal son verdes? Porque si fueran blancos, a los esquimales se les llenarían los iglús de botellas vacías. Y claro, con el frío que pega allí lo que les hace falta es que les lleguen las botellas llenas… de alcohol claro.

¿Y porque hacen estas cosas los contenedores de reciclaje? Los llamo incomprendidos porqué tienen unos gustos muy exquisitos, sólo les gustan ciertas cosas. Y son raritos también, porqué todos llevan escrito lo que les gusta comer:


CRISTAL
SÍ: botellas, botes de cristal
NO: bombillas, fluorescentes, tapones de botella, espejos


Nos lo ponen muy fácil. Es como si nosotros fuéramos al restaurante con una camiseta así:

GULAS
SÍ: fabada , entrecot, pastel de chocolate
NO: ensalada, merluza a la plancha, manzana

¡El camarero no tendría ni que preguntar!

Y como sólo se entienden entre ellos mismos, se arrejuntan todos en la misma esquina, al otro lado de la calle, enfrente de sus primos: los “contenedores de basura”. Estos se lo tragan todo, da igual lo que les eches, y claro, como tienen más bien poco gusto les dan unos gases que huelen que hecha patrás. Los contenedores de basura le caen bien a la gente, aunque huelan tan mal, porqué comen de todo. Son como los hijos perfectos, sus madres no tienen que estar cada día con lo de:
- ¡Niño! que te comas la verdura.
o esto otro:
- Hasta que no termines la sopa no hay postre.
Estos se comen la sopa, el postre y los pañales del bebé, y todo metido en una bolsa de plástico.

Ahora me viene a la cabeza ¿cómo sería la madre de un contenedor de basura? Creo que perdería uno de los superpoderes de las madres, que es el de encontrar las cosas.
- Mamá, ¿dónde están los guantes?
- En el segundo cajón.
- No están, ya he mirado.
- ¿Es que tengo que ir yo?
Y cuando la madre llega ¡entonces los guantes aparecen en el cajón al instante! ¿No os ha pasado nunca? Esto es un superpoder de las madres.

Pero si el hijo contenedor de basura le dice:
- Mamá, ¿Dónde están las colillas de puro?
- Seguro que entre la mierda de tu interior.
Pues no es lo mismo, esa respuesta es comodín. Tener un hijo contenedor de basura no desarrolla ese instinto y superpoderes.

Y es que este tipo de familias es muy particular. Además se llevan mal con los primos. Lo peor es que los contenedores de basura son muy avariciosos y no les quieren dejar nada de comer a sus primos. Y cómo todo el mundo los alimenta con montones de basura cada vez hay más y huelen peor.
En cambio los contenedores de reciclaje son muy refinados tampoco se pondrán a hurgar entre las entrañas de sus primos para conseguir lo que les gusta… Y son muy pocos y están esparcidos por el mundo formando getos de color verde, amarillo y azul.

Está en nuestras manos nutrir a las familias de contenedores de reciclaje y dejar la basura para los de basura. Yo cada día recojo los cacharros de plástico y briks de mi casa y se los doy de comer al contenedor amarillo de mi barrio. A mi no me supone demasiado esfuerzo y él está contento. Así que os animo a todos a que recicléis, si no lo queréis hacer por el medio ambiente (que de tan jodido que está ya sólo queda medio), al menos hacerlo para no cebar a “los primos de basura” y hagamos que este mundo huela un poco mejor.

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